Publicada el: lunes, 31 octubre 2022 | Escrito por Sandra Fernández
Los pacientes que han sufrido un ictus pueden presentar alteraciones del lenguaje, habla, voz, deglución y comunicación para lo que suelen precisar un tratamiento logopédico. La alteración del lenguaje tras un ictus se denomina afasia que es la pérdida parcial o completa de la capacidad de expresar o comprender el lenguaje hablado o escrito. Se debe a una lesión en las áreas del cerebro que controlan el lenguaje. Se puede tener no solo dificultades para hablar, comprender o expresar el lenguaje sino también, dificultad para leer y escribir.
Todo ello, genera una limitación de su capacidad de comunicación con familia y amigos, que finalmente disminuye su capacidad de participación en actividades, como reuniones o actos en compañía de sus seres queridos, originando su aislamiento.
Tras un ictus los pacientes con afasia suelen precisar de una evaluación foniátrica y de la intervención logopédica, siendo habitualmente ésta, de forma individual. A nivel internacional, existen métodos de terapia logopédica grupal, con evidencia de efectos beneficiosos en la eficiencia comunicativa pero poco aplicados en nuestro medio por su dificultad de implementación.
En este sentido, la Unidad de Foniatría y Logopedia del Servicio de Rehabilitación el Hospital Virgen Macarena, en concreto la logopeda Marta Montes, con el apoyo del resto del equipo de logopedas y médicos rehabilitadores, desarrolla actualmente un formato de terapia grupal orientado a objetivos funcionales comunicativos, creando situaciones reales donde el paciente adquiere habilidades útiles para su día a día.
La terapia logopédica grupal en afasias
Este tipo de terapia grupal se lleva realizando en el Servicio de Rehabilitación desde el año 2016 y han sido beneficiarios de ella más de 70 pacientes. La misma consiste en sesiones donde participan entre dos y cinco pacientes un día a la semana, con características lingüísticas y edades similares, habitualmente suelen ser pacientes con afasias motoras con poca fluencia en el lenguaje oral, comprensión preservada y buena capacidad atencional.
La terapia grupal se utiliza como complemento a las sesiones individuales con el objetivo de generalizar las habilidades que se van adquiriendo y buscar la funcionalidad.
La logopeda guía la sesión proporcionando un contexto facilitador para la comunicación a través de conversaciones y actividades en las que participan todos los pacientes, para que interactúen facilitando la comunicación entre ellos.
Las sesiones grupales ayudan a que los pacientes se adapten a los cambios tras el ictus, mejora sus relaciones sociales, eficacia comunicativa y proporciona herramientas de compensación en la comunicación.
Día mundial del Ictus (29 de octubre)
La enfermedad de ictus sigue siendo primera causa de muerte en la mujer, primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y segunda causa de demencia, tras el Alzheimer. Cada año, más de 18.000 andaluces sufrirán un ictus, de los cuales el 50% quedarán con secuelas o fallecerán por éste motivo.
La mortalidad y discapacidad ha disminuido en los últimos años gracias a la detección precoz de los síntomas, el control de factores de riesgo y la introducción de medidas terapéuticas como las Unidades de Ictus y las terapias de reperfusión (trombolisis y trombectomía mecánica) que han revolucionado el manejo de estos pacientes.
El 90% de los ictus podrían evitarse con una adecuada prevención y control de los factores de riesgo vascular: hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia, obesidad, evitar la vida sedentaria, abandono del tabaco y el consumo de alcohol y también el control de enfermedades cardíacas previas.