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En la actualidad el hospital sevillano hace seguimiento a más de 1.300 pacientes infectados por el virus

En el Hospital Universitario Virgen Macarena más de 1.300 pacientes tienen un seguimiento activo por parte del Servicio de Enfermedades Infecciosas y Microbiología. Más del 95% tienen el virus controlado gracias al tratamiento que realizan, lo que tiene dos efectos principales: por una parte impide que el virus deteriore su sistema inmunológico, con lo que no desarrollan SIDA, y por otra parte impide que transmitan el virus a otras personas.

A día de hoy no hay cura definitiva de la enfermedad, pero sí medicamentos, cada vez más simplificados, que mantienen a raya a un virus que, si no se desarrolla, permite a sus portadores tener una calidad de vida similar a los que no portan el virus.

Los principales retos actuales en la lucha contra el virus VIH/SIDA, patología de la que hoy se celebra su día mundial, son sanitarios, pero también sociales, a tenor de las palabras del doctor Jesús Rodríguez Baño, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital sevillano, “El diagnóstico precoz es muy importante: tenemos que diagnosticar a las personas infectadas antes de que su sistema inmunitario esté dañado, ya que cuando el diagnóstico es tardío las cosas pueden no ir bien; y por otro lado, tenemos que seguir trabajando para evitar la estigmatización de las personas que tienen VIH en sus ámbitos profesionales y personales”.

En cuanto a la detección precoz, el Servicio de Urgencias del centro hospitalario ha liderado un protocolo que se está aplicando en los hospitales andaluces para que a la entrada de determinados pacientes por urgencia sanitaria se les practique una prueba diagnóstica que consiste en una prueba serológica de VIH.

El objetivo, es acelerar el diagnóstico y que las personas con infección por VIH accedan al tratamiento antirretroviral lo antes posible. El perfil es el de personas con edades comprendidas entre los 18 y los 70 años que sean atendidos en los Servicios de Urgencias Hospitalarios por neumonía, síndrome mononucleósico, herpes zóster, consumo de tóxicos/chemsex, hepatitis aguda, infecciones de transmisión sexual y consulta por profilaxis postexposición.

Aunque la gran aspiración es conseguir una vacuna bien preventiva bien terapéutica, el virus presenta una gran dificultad en su propia mutación. ”El VIH tiene una capacidad mutagénica excepcional. Cuando se multiplica éste produce una serie de errores que, por un lado, hace que nuestro sistema inmune no los detecte, y no seamos capaces de conseguir anticuerpos curativos, y, por otro, estos errores no afectan a su supervivencia. Se puede decir que ‘esconde’ muy bien los antígenos a nuestro sistema inmune y éste no los detecta, dado que el virus se integra en el ADN de nuestra células formando parte del sistema genético de las células que infecta”.

En materia de prevención, el facultativo recomienda que, además de dar continuidad a mensajes de práctica de sexo seguro a la población, en los casos de aquellas personas que tienen conductas frecuentes de riesgo accedan a los programas de PrEP (Profilaxis Preexposición). “Este es un programa ya instaurado en nuestro sistema sanitario; a las personas con conductas de riesgo frecuente se les ofrece fármacos antirretrovirales (que constituyen parte de las pautas que se usan para el tratamiento) para prevenir la adquisición de la infección; el contrapeso, es el riesgo de contraer otras enfermedades de transmisión sexual, problema que estamos viendo de forma creciente”, advierte Rodríguez Baño.
Una de las novedades en cuanto al tratamiento para tipos concretos de pacientes con VIH, es la comercialización de un fármaco que se administra por vía intramuscular que se administraría cada dos meses y que sustituiría, en determinados casos, los actuales medicamentos antivirales que diariamente toman los pacientes portadores del virus.