Publicada el: sábado, 19 octubre 2019 | Escrito por Francisco Jiménez de Alba
La prevalencia del cáncer de mama entre las mujeres es muy elevada, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una enfermedad que afecta al 16% de todos los cánceres en pacientes femeninos. El Hospital Universitario Virgen Macarena, que trata al año entre 350-400 nuevas pacientes afectadas por la enfermedad, celebra el Día Internacional Contra el Cáncer de Mama, recordando la importancia de concienciar a las mujeres respecto de la prevención de una afección, que cada vez tiene mayores índices de superación.
Para intentar detectar la enfermedad de la manera más precoz posible, se invita cada dos años, mediante carta de la Consejería de Salud y Familias, a mujeres sanas de entre 50 y 69 años a realizarse una mamografía. De forma paralela, en el caso de determinadas poblaciones, se traslada un autobús itinerante con un mamógrafo para que sea más accesible la realización de estas pruebas preventivas. “La mayoría de estos tumores se detectan gracias a pruebas de diagnóstico precoz. El segmento de edad más susceptible es de 55 a 65 años, de ahí que en estas pruebas se amplíe la horquilla, con la intención de detectar la afección lo antes posible”, aduce el doctor Fernando Henao, médico especializado en oncología mamaria del Hospital Universitario Virgen Macarena
El componente hereditario es determinante a la hora de intensificar la periodicidad con la que se hacen este tipo de pruebas preventivas. “Hay familias en las que existe predisposición a la hora de desarrollar un cáncer de mama. Se observa porque hay varias hermanas afectadas por la enfermedad, o ascendientes que la han sufrido, es decir, la abuela y/o la madre”, argumenta el galeno.
En estos casos, desde la Unidad de Oncología del enclave hospitalario, se estudia mediante análisis de sangre si existe un componente genético que predisponga el desarrollo de la patología. “Al analizar el ADN se observa si existe alguna mutación que difiera al de la población general. Si observamos esta incidencia, se intensifican las pruebas preventivas, haciéndose, independientemente de la edad, mamografías y resonancias magnéticas cada 6 meses”.
La práctica preventiva más drástica en relación a la enfermedad, es la aplicación de una cirugía reductora de riesgo, es decir, la extirpación de ambas mamas. Este tipo de intervención es propuesta a mujeres con muchas probabilidades de ser afectadas por el componente genético-hereditario. La paciente que se somete a una cirugía de esta magnitud, se le reconstruyen los senos en el mismo acto operatorio.
Tener hábitos de vida saludables, también previene el cáncer de mama, “teniendo además en cuenta que la obesidad es un elemento que incrementa las posibilidades de la enfermedad; no fumar, ni beber alcohol, tener una dieta equilibrada y hacer ejercicio diario, son factores preventivos para la población en general, y para las personas obesas, en particular”, recomienda el facultativo.
Al margen, de estas pruebas y hábitos preventivos, es fundamental la autoexploración. A través de ella pueden detectarse algunos de los síntomas más frecuentes. Estos síntomas pueden ser la localización de un bulto en la mama, aumento en los ganglios linfáticos cerca de la axila, cambios en el color, tamaño o textura de la mama, enrojecimiento de la piel (sobre todo cerca de la aureola del pezón), secreciones por el pezón, descamación del seno, molestias en el pecho (parecidas a las de una mastitis), hinchazón en los brazos….
El aumento de la investigación del cáncer de mama ha originado novedades terapéuticas cada vez más efectivas. “Actualmente, están abiertos más de 100 ensayos clínicos, donde se evalúan nuevas terapias”, advierte el doctor Henao. A nivel nacional existen dos asociaciones científicas de referencia, Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) y SOLTI, de las cuales el Hospital Universitario Virgen Macarena forma parte. Toda esta inversión científica da lugar a que cada día más mujeres superen la enfermedad.