Publicada el: martes, 29 octubre 2019 | Escrito por Francisco Jiménez de Alba
En el día mundial de esta patología, los dermatólogos del Hospital Macarena recomiendan un seguimiento periódico del tratamiento
La psoriasis es esa enfermedad caracterizada por la alteración de la piel. La aparición de placas, enrojecimiento, escamas, picor, dolor, coloración e hinchazón de la piel son sus síntomas habituales. Esta patología que afecta a un amplio sector de la población, celebra hoy 29 de octubre su día mundial. En este día se pretende concienciar a la población sobre los efectos psicológicos y físicos que sufren los pacientes afectados por esta afección dermatológica.
Desde el Hospital Universitario Virgen Macarena, donde se tratan actualmente más de 200 pacientes graves de psoriasis, el doctor David Moreno Ramírez, jefe de Servicio de la Unidad de Dermatología, advierte que esta enfermedad, que afecta a un 2,3% de la población, “consiste en la aparición de unas lesiones en la piel caracterizadas por la descamación, enrojecimiento y pico. Éstas aparecen normalmente en zonas visibles como codos, rodillas e incluso la cara o el cuero cabelludo”.
Los efectos de la dolencia, más allá del aspecto estético, puede dificultar el desempeño de las tareas cotidianas del paciente, lo que puede ocasionar un impacto psicológico en la persona afectada. “En algunos pacientes también puede afectar de forma funcional a la movilidad de sus articulaciones a través de la denominada artitris psoriásica, pudiendo tener impacto en el desempeño de actividades laborales o personales”, agrega el galeno.
En relación a los orígenes de esta dolencia cutánea, la psoriasis, que es una enfermedad inflamatoria de la piel, tiene unos condicionantes genéticos. A partir de esta predisposición hereditaria, existen una serie de factores desencadenantes: el estrés, infecciones en la piel, efectos secundarios por la toma de algún medicamento o traumatismos, pueden favorecer la aparición de un brote.
Pese a ser una afección sin cura definitiva, la psoriasis dispone actualmente de una serie de tratamientos efectivos. Estos tratamientos varían en función de la menor o mayor gravedad. Mientras que para las más leves se utilizan cremas específicas; si la enfermedad tiene mayor incidencia, la fototerapia es la técnica más recurrida. “Se trata de uno de los tratamientos más efectivos y seguros para el paciente”, arguye el doctor Moreno en relación a este procedimiento terapéutico, que expone la zona afectada a una frecuencia ultravioleta específica.
Si no se consiguen buenos resultados con esta técnica, los medicamentos por vía oral o subcutánea, es decir inyecciones, sería la tercera opción, “con la que generalmente conseguimos mejorías realmente satisfactorias para la mayoría de los pacientes”, abunda el facultativo.
Esta patología dermatológica, que no es ni infecciosa ni contagiosa, aparece por brotes. Estos episodios pueden ser más o menos espaciados. La clave para minimizar los efectos de su padecimiento es que los afectados estén muy controlados, “el seguimiento periódico de los tratamientos que estamos aplicando en la actualidad en el Hospital Universitario Virgen Macarena, conlleva que prácticamente muchos de nuestros pacientes permanezcan sin enfermedad”, concluye el doctor Moreno.