La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) agrupa una serie de trastornos crónicos de causa desconocida, asociados a una respuesta inmune desmesurada que produce lesiones de profundidad y extensión variable en el intestino. La enfermedad engloba fundamentalmente:
• Colitis ulcerosa (CU)
• Enfermedad de Crohn (EC)
• Algunos pacientes presentan una colitis pendiente de clasificar o indeterminada
La causa exacta de la EII se desconoce. Aparece en personas genéticamente predispuestas en las que inciden ciertos factores ambientales e, incluso, las propias bacterias intestinales, que provocan una alteración del sistema inmune desencadenando una respuesta inflamatoria anómala que se perpetúa en el tiempo y que termina produciendo la enfermedad.
Los síntomas dependen de la parte del tubo digestivo que esté afectada.
Enfermedad de Crohn | Colitis Ulcerosa | |
Afectación | Cualquier parte del tubo digestivo | Colon o intestino grueso |
Síntomas | Dolor abdominal, debilidad, pérdida de peso, falta de apetito, diarreas con sangre | ganas de defecar se pueden sentir con mucha necesidad (urgencia) y a veces incluso es difícil retener la deposición (incontinencia), ganas defecar al terminar la deposición e imposibilidad de hacerlo (tenesmo), diarreas con sangre y a veces moco |
Complicaciones | Estenosis, fisuras anales, fístulas, colecciones de pus |
Lo más importante tener en cuenta que tanto la CU como la EC experimentan los síntomas de forma intermitente, alternando periodos de actividad o brotes en los que se produce un aumento transitorio de la gravedad de los síntomas, seguidos de periodos de remisión espontáneos o inducidos por el tratamiento.
Con frecuencia pueden aparecer síntomas y signos extraintestinales (fuera del intestino), que no siempre coinciden con la actividad de la EII de base. Algunas de estas manifestaciones son inflamación y dolor articular, erupciones cutáneas, alteraciones oculares, inflamación de las vías biliares…
Actualmente no existe cura para la EII, sin embargo, existen tratamientos que han demostrado producir cambios a corto y largo plazo en la evolución de la enfermedad.
A pesar de los tratamientos disponibles para mantener la enfermedad inactiva o en remisión, en un porcentaje de pacientes la enfermedad progresa o no se controla (enfermedad refractaria) siendo necesario el tratamiento quirúrgico.
Tener una alimentación variada y saludable es beneficioso para todas las personas. En personas con EII esto cobra especial importancia, ya que en ocasiones se puede producir una disminución del apetito, pérdida de peso o alteración en la absorción de líquidos, nutrientes y electrolitos. Por tanto, una alimentación equilibrada es fundamental para evitar deficiencias nutricionales y deshidratación.
No hay una dieta especial y estándar para la enfermedad inflamatoria intestinal. Cada persona es diferente, por lo que la tolerancia dependerá del momento de la enfermedad en que se encuentre y la zona afectada.
Si estás en fase remisión (sin sintomatología) y sin complicaciones asociadas (estenosis, cirugía reciente, ostomías, etc) es recomendable que sigas una alimentación lo más variada posible, no hay necesidad de evitar alimentos específicos o de llevar una dieta restrictiva.
Si estás en fase de brote o con sintomatología, es importante que identifiques qué alimentos tienden a intensificar tus síntomas de la enfermedad. Para esto puede ser útil que prepares un diario con los alimentos que consumes. Esto puede ayudarte a saber si tu dieta se relaciona con tus síntomas.
Algunos consejos si estás en fase de actividad de la enfermedad:
Una vez que se haya resuelto el brote es importante que vuelvas introducir los alimentos que has evitado en un espacio de tiempo de 3 a 5 días y de uno en uno para así comprobar su tolerancia.
Si un alimento en particular te causa problemas, HABLA CON TU MÉDICO antes de eliminarlo permanentemente de tu dieta. Puede que necesites añadir suplementos vitamínicos o minerales para sustituir algunos nutrientes que son necesarios.
La actividad física practicada con regularidad es esencial para las personas con EII. Hay evidencias que muestran que el ejercicio fortalece los huesos y ayuda a evitar posibles complicaciones de la EII como la osteoporosis. Mantenerse activo puede ejercer un efecto beneficioso sobre el curso de la enfermedad, mejorando los parámetros inflamatorios, el estado psicológico y la calidad de vida en pacientes con EII.
En algunas personas, las situaciones estresantes o las emociones fuertes pueden llevar a una reaparición de los síntomas. No es posible eliminar totalmente los acontecimientos estresantes de la vida, pero si es posible cambiar tu reacción ante ellos.
Ejemplos de manejo del estrés:
El consumo de tabaco es uno de los factores ambientales que impacta negativamente en la EC. Se ha demostrado que fumar aumenta la prevalencia de estenosis y fistulas, enfermedad perianal, posibilidad de necesitar cirugías y recurrencias postquirúrgicas y una mayor necesidad de medicamentos inmunosupresores.
Por el contrario, los pacientes con EC que dejan de fumar presentan menor probabilidad de reactivación de la enfermedad y menor necesidad de medicamentos para controlar la enfermedad.
Confederación ACCU Crohn y Colitis Ulcerosa
Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de Sevilla
Asociación de personas con enfermedades crónicas inflamatorias inmunomediadas
Asociación de pacientes pediátricos con enfermedad inflamatoria intestinal
Plataforma educativa en enfermedad inflamatoria intestinal
ADALIMUMAB FILGOTINIB GOLIMUMAB INFLIXIMAB SC RISANKIZUMAB TOFACITINIB UPADACITINIB USTEKINUMAB VEDOLIZUMAB