Es un tipo de leucemia, en la cual se produce un aumento descontrolado de linfocitos B de la sangre. En la actualidad no hay una cura definitiva para la enfermedad, aunque la evolución es lenta (generalmente se detecta por una analítica de rutina) y variable según muchas circunstancias. Es por eso es que los tratamientos pueden variar de una persona a otra, incluso adoptar una actitud conservadora mientras no aparezcan síntomas.
Debido a la no existencia de un tratamiento curativo diferente al trasplante, el objetivo de estos tratamientos es aumentar la supervivencia general, con la menor toxicidad general posible, a corto y largo plazo. En cualquier caso las expectativas de una adecuada salud se extienden por bastantes años a pesar de la edad (en un 80% afecta a mayores de 65 años).
https://www.sefh.es/escuela-de-pacientes-enfermedad-detalle.php?id=6
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