La urticaria crónica espontánea es una enfermedad caracterizada por la aparición de manchas rosadas que evolucionan formando bultos. Estas lesiones, llamadas ronchas o habones, producen mucho picor y aparecen y desaparecen de forma espontánea en diferentes localizaciones del cuerpo. Además, en la urticaria es frecuente que se hinchen los párpados y los labios (angioedema) durante 2 o 3 días.
Se clasifica como crónica si estos síntomas duran más de 6 semanas.
La franja de edad de mayor incidencia es entre los 20 y los 40 años, aunque se puede desarrollar a cualquier edad.
La urticaria se produce por la liberación de histamina, junto con otras sustancias químicas proinflamatorias, de unas células que se encuentran en la piel llamadas mastocitos.
La principal razón de la urticaria crónica es la autoinmunidad, es decir, el sistema inmune produce una inmunoglobulina especial llamada IgE frente a estructuras propias del organismo. Estas IgE son las encargadas de activar a los mastocitos y producir las ronchas y el picor típico de la urticaria.
Al ser una enfermedad crónica autoinmune, hay que destacar que no es contagiosa.
En la urticaria crónica espontánea no existe ningún factor específico que induzca la generación de IgE y, por tanto, la aparición de las ronchas o habones y angioedema. Se exacerban ocasionalmente con el calor, las infecciones, la ingesta de algunos fármacos como AINEs (ibuprofeno, dexketoprofeno etc), o de ciertos alimentos, periodos menstruales, entre otros.
El tratamiento consiste en obtener lo más rápidamente posible el completo control de los síntomas para poder llevar una vida completamente normal.
El tratamiento que se recomienda inicialmente son los antihistamínicos, se puede aumentar la dosis hasta un máximo de cuatro veces la habitual para controlar los síntomas.
En caso de fracaso a antihistamínicos, existe un fármaco llamado omalizumab, que pertenece al grupo de los anticuerpos monoclonales, muy eficaz y seguro a corto y largo plazo, que se dispensa en la farmacia del hospital e inicialmente se administra de forma hospitalaria.
Este fármaco bloquea la inmunoglobulina E, producida por el sistema inmune que, como hemos visto, es la encargada de activar a los mastocitos. Al bloquearla, se evita la liberación de histamina y la formación de las ronchas o habones típicos de la urticaria.
Es importante identificar y evitar los factores que desencadenan o empeoran los brotes de urticaria, aunque esto en ocasiones es difícil o imposible ya que no siempre es posible detectar un claro factor inductor.
Existe evidencia que indica que el estrés puede empeorar los síntomas de la urticaria, por lo tanto, es importante aprender a tener recursos para manejar el estrés emocional y físico.
Mantener la piel hidratada y usar ropa amplia también puede ayudar.
Hay algunos alimentos ricos en histamina y/o aditivos alimentarios que pueden agravar los síntomas, como las bebidas alcohólicas fermentadas (vino y cerveza), pescados ahumados, embutidos, salsa de soja, chocolate etc… por lo que puede ser recomendable limitar su consumo.
Tener urticaria crónica no significa que debas quedarte en casa. Al contrario, es conveniente llevar una vida normal y el contacto con el aire libre, teniendo en cuenta lógicamente las debidas precauciones.
Asociación de Afectados de Urticaria Crónica
https://urticariacronica.org/
Academia Española de Dermatología y Venereología
https://aedv.es/
Fundación piel sana
https://fundacionpielsana.es/
Guía para pacientes con Urticaria Crónica AEDV
https://aedv.es/wp-content/uploads/2020/07/Gui%CC%81a-urticaria-VF.pdf
Consejos para pacientes con urticaria
https://atencionprimaria.almirallmed.es/consejos-para-pacientes/consejos-para-pacientes-con-urticaria/